El síndrome de Burnout resulta de una discrepancia entre las expectativas e ideales individuales, y la dura realidad de la vida cotidiana.
El proceso de burning-out puede ser consciente o inconsciente. Poco a poco, la persona se va sintiéndose afectada, y va cambiando actitudes hacia el trabajo y hacia las personas con las que trabaja, hasta que el proceso termina. Puede sentirlo a nivel emocional como una activación excesiva, por sus síntomas o por su conducta en el trabajo.
 
El estilo de vida o la forma de vivir de cada persona, va a ser determinante a la hora de desarrollar el síndrome Burnout. Puede que la presión, derive en un alto rendimiento de la persona o bien, en deterioro, insatisfacción y Burnout. No obstante, es preciso reconocer que no hay ninguna estrategia de afrontamiento que sea universalmente válida, por lo tanto, la persona que posee este síndrome debe pasar por un médico o un psicólogo y así determinar el tratamiento, no obstante el primer paso para poder sanar es el reconocimiento de la enfermedad y tener ánimo para seguir adelante.

Recomendaciones generales

1) Llevar una vida sana, con una nutrición equilibrada, durmiendo un número de horas suficiente y haciendo ejercicio físico con regularidad. Procurar no abusar del café, tabaco, alcohol y otros estimulantes.

2) Adoptar una actitud psicológica adecuada. Es importante conocerse a sí mismo y ser capaz de valorar hasta dónde se puede llegar, sin excederse y sin quedar por encima ni por debajo de las propias posibilidades. Conviene ser realistas en cuanto a las expectativas que se tienen de las personas que nos rodean.

3) Mantener unas relaciones interpersonales satisfactorias, favoreciendo un ambiente de trabajo agradable, compartiendo emociones y sentimientos con los compañeros.

4) Dedicar una parte de la jornada al tiempo libre. No es tan importante disponer de mucho tiempo libre cuanto que el que se tiene (por poco que sea) lo disfruten.

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¿Qué podemos hacer en el Spa para ayudar a las personas que sufren el síndrome de Burnout?

Entendiendo que se trata de una acumulación de estrés laboral y sobrecarga, debemos orientar los esfuerzos en generar un ambiente lo más relajado posible para el cliente. Evitar hablar sobre temas laborales y problemas propios. Controlar que el entorno este libre de ruidos e interrupciones, generar un climax adecuado con sonidos suaves, fragancias sutiles. Aprovechar la situación para atender con cercanía. Creando una burbuja que aisle a la persona de todas sus nexos mundanales.

Proponer actividades como deporte en general y la práctica del yoga o Taichi en especial, son buenos recursos. Muchas de estas prácticas se acompañan de filosofías adaptables a la vida de una persona bajo tensión.
Los deportes que se basan en la adopción de posturas que ayuden a estirar y relajar los músculos del cuerpo, lo que repone del cansancio físico y mejora la fortaleza para aguantar el día a día. Deportes que tienen una gran ventaja que ayuda a controlar el ritmo respiratorio, lo que ayuda a la relajación y que el organismo funcione mejor.
Estando en un Spa o Balneario, podemos ofrecer una amplia gama de servicios de fisioterapia, hidromasaje o sauna. Permiten aliviar la tensión muscular y aumentan el bienestar, pudiendo despejar preocupaciones durante unos minutos. Propuestas como masajes relajantes, acupresión,  la aromaterapia, la aplicación de aceites esenciales, ayudan a la persona a transportarse a un estado mental más relajado.